Hubo una frase dicha, a modo de confesión tal vez, en la época del durísimo entrenamiento físico que tuvo La Naranja antes del Campeonato Argentino.
“No sé si voy a jugar como titular, pero al menos lo haré dudar a Ricardo”...
Diego Esper, periodista amigo del diario El Tribuno de Tucumán y del programa Scrum 5, me había asegurado que la había dicho él.
Pero Juan Pablo Lagarrigue, segunda lína de Cardenales y del seleccionado tucumano, no recuerda que sea esa exactamente la frase aunque sí reconoce que la idea era más o menos así.
“No estoy totalmente seguro que esa haya sido mi frase pero la idea era hacerlo dudar a Le Fort . Por suerte en el seleccionado tuve dos grandes jugadores adelante (Carlos Cáceres y el capitán Gabriel Pata Curello) peleando el puesto hasta el último momento. Tomé mi papel en el banco de suplentes muy contento porque teníamos uno de los bancos más competitivos del Argentino y eso se veía cuando ingresábamos, que no se resentía el juego. No se notaba una baja de nivel o diferencia de rendimiento”, comienza la charla en la oficina de su trabajo.
Es inevitable. Se habla del seleccionado y de la gran oportunidad perdida de lograr el título en casa.
“Sí, es verdad, pero yo soy de la idea de que si no se logró el título hay que rescatar lo positivo. Y una de esas cosas es que se formó un grupo espectacular, muy bien trabajado por el cuerpo técnico (lo nombra a todos, desde las cabezas pasando por los preparadores, el médico, sus colaboradores, etc.) que se portaron excelente, sin que nos faltara nada. Tanto es así que hablaba con Cacho Banegas y le decía que es la primera vez en la etapa de seleccionado que me pasaba algo particular: no jugaba y estaba contento, tenía ganas de ir a entrenar... Todos pensábamos lo mismo. Pero aunque no se logró el título se ganó en muchos en otros aspectos: tuvimos disposición de equipo como el Desarrollo en las cinco fechas algo que no pasó con otros seleccionado. Esto es un acierto porque todos los años los equipos sufren modificaciones y hay que tener recambio. Por eso Tucumán viene trabajando duro desde hace años y si el título no se dio ahora se dará dentro de poco”, asegura el orgulloso papá de Juan Nicolás que nació en Francia, en Bordeux, hace un año y que pesa 13 kilos y mide 78 ctms. Ya pinta para forward aunque la mamá, Silvia haga un guiño como diciendo “vamos a ver”.
-¿Esperabas una nueva convocatoria a formar parte de un plantel nacional?
-No, no la estaba esperando por las condiciones que antes decía. Peleando el puesto, con poco juego pero si tengo que ser sincero uno siempre espera algo sobre todo si ves que los chicos que están con vos están siendo convocados. La última vez que estuve fue en el 2002 en un equipo que se preparaba para el Mundial, me lesioné, me fui a Italia. Y ahora volví pero la verdad que es todo un desafío.
Cuenta que le costó un poco ponerse en forma. Antes, se levantaba a las 10 de la mañana para ir a entrenar y trabajaba de rugbista. Ahora, tiene que levantarse para ir a trabajar en el corralón, ver presupuestos, la ansiedad, los nervios, el acomodarse nuevamente.
“No es fácil”, asegura. Y, como todos sabemos (no creo que alguien no lo haya sufrido alguna vez) la ansiedad siempre se traduce en kilitos de más.
“Claro que ahora el compromiso es mayor porque habrá que entrenar durísimo para llegar de la mejor manera y representar a Tucumán. Uno tiene que estar ahí por todos los chicos que no pueden estar. Creo que Tucumán tiene siete convocados porque se trabajó mucho. No fuimos sólo nosotros sino los quince, los veintidós, los cincuenta, todos los que colaboraron para que nosotros integremos esta lista. El plan de preparación es exigente y, si bien no es profesional, te demanda mucho esfuerzo”, aclara Juan Pablo.
- Es un desafío diferente...
- Sí, es un desafío grande porque a los 22 años tenía una posibilidad enorme de integrar un plantel para un Mundial pero me lesioné antes de ir a una gira. Ahora con 27 años, encontrarme con esta oportunidad, no la puedo desaprovechar. Y estoy trabajando para eso.
Aprovechando el inminente comienzo del Regional del 2008, era ineludible la pregunta de cómo lo veía al subcampeón para este año, su club Cardenales.
“Estamos bien. El pack de forwards es casi el mismo aunque tenemos varias bajas entre los tres cuartos. Pero hay otros jugadores que están por volver y varios chicos que están buscando su lugar en el equipo. Yo soy uno de esos también...” se ríe cuando dice la última frase.
Nunca fue fácil jugar en su club. Y él, aunque tenga chapa de “casi” campeón argentino y de “casi” Puma, deberá seguir peleándola para estar entre los quince que el domingo jugará ante Tucumán Rugby.
Porque los desafíos no terminan. Y la vida, está llena de desafíos.
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