Caso paradigmático el de Agustín Smidt, un segunda línea jugador del Jockey Club de Villa María de Córdoba que este año quiso cambiar de club y pasarse a La Tablada, de la capital cordobesa.
Sus argumentos para pasarse a otro club son válidos: estudia en la capital y no tiene el tiempo ni, muchas veces, la motivación necesaria para entrenarse como es debido, a lo que se suma que no es titular en su club siendo que jugó para el seleccionado cordobés en el último argentino... como titular.
Por algunos amigos llegó a la decisión de cambiar de club. Pero aquí viene el tema: en Córdoba, pasarse de club cuesta $1000 (mil pesos), de los que un 20% llega a la Unión Cordobesa y el resto al club de origen. Hasta aquí, nada raro.
Pero Smidt no es un jugador cualquiera: tiene 21 años, experiencia en Los Pumitas además de la ya mencionada en Los Dogos y mide 2,04 mts. Interesante, ¿no?...
Ahora la dirigencia cordobesa cambió los aranceles para los pases y se armó la de San Quintín. El muchacho deberá abonar $10.000 (sí, diez mil pesos) a la unión por su pase si quiere seguir jugando. (ver detalles en http://www.cordobaxv.com.ar/ y http://www.eldiariocba.com.ar/edicion/anteriores/08%20de%20abril%20de%202007/deportes/deportes.htm)
¿Qué tiene que ver esto con la actualidad tucumana?
Uno de los clubes que más sufrió la salida de jugadores este año fue Corsarios, entre ellas, la de Daniel Contreras el primera línea que fuera tryman el año pasado que pasó a Universitario del barrio Ojo de Agua.
Germán Such, entrenador pirata, dijo a RT.com que "es duro que suceda algo así pero no le podés negar el pase a un jugador (tiene un costo de $100). No sé si la solución pasa por lo que hizo la unión de Córdoba pero seguro que estas cosas a nosotros, como club chico, nos afecta. Se nos desmanteló el equipo con el que veníamos trabajando desde hace un par de años y además, se nos sumaron las lesiones. Había una alternativa, que era invitar al club Tafí Viejo para que se presente como la intermedia nuestra pero finalmente no prosperó. Y quedamos con sólo dos divisiones competitivas. Así no es fácil salir adelante".
Y aquí vienen las incógnitas: ¿Se deben cuidar a los clubes chicos y subir los aranceles por los pases? ¿O bien es algo que tiene que dejarse tal cual debido a que es un deporte amateur? ¿Es un problema que el club chico tiene que resolver a como dé lugar o los clubes con mayor capacidad de jugadores deberían salir en apoyo del resto basándose en el pilar de la solidaridad?
La familia del rugby tiene la respuesta.
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