Es un deseo íntimo, un anhelo. Esta imagen de una Irlanda derrotada quiero que se repita en París el domingo.
Confieso que desde ya tengo nervios. Ese color verde me está poniendo más nervioso de lo que creía, no porque no confiara en mis Pumas, todo lo contrario: me dieron sobradas muestras para confiar. Su concentración, su tackle, su convicción para buscar lo quieren es lo que me da seguridad de que al partido ya lo tienen ganado.
Entonces ¿qué me preocupa? Lo que analiza mi amigo Nicolás Balinotti en la edición de hoy de La Nación.
Aquí les dejo su análisis. Imperdible.
Y espero que se equivoque en las fortalezas irish.
ENGHIEN-LES-BAINS, Francia.- La Argentina e Irlanda están unidos por una historia de lucha, rivalidad y desquites. Significó un acierto desde los números y el interés que la IRB dispusiera estratégica y marketineramente que este enfrentamiento se desarrollara en la última fecha de la rueda de clasificación. El mundo del rugby intuía que sería un duelo decisivo, pero jamás había imaginado que fueran los europeos quienes llegasen con la soga al cuello. Más allá de la visible ventaja matemática que tienen los Pumas, nada está cerrado e Irlanda es un rival que siempre inspira respeto y obliga a estar alerta. Por eso, es necesario un detalle de las fortalezas y debilidades que poseen hoy los irish , los rivales con los que la Argentina resolverá su futuro en la Copa del Mundo el próximo domingo, en el Parc des Princes. Tal vez en momentos de crisis resulte más costoso encontrar los puntos fuertes de un equipo que los aspectos negativos. Sin embargo, Irlanda aún mantiene muchas cosas para destacar.
La autocrítica. Desde el reconocimiento de los propios errores comienzan a construirse las soluciones. Los hombres de Eddie O Sullivan admitieron sin vueltas que no atraviesan su mejor momento rugbístico. A la pobre actualidad deportiva intentan superarla con palabras de aliento necesarias y alicientes, cuando la opinión pública habla de un equipo vapuleado. "No jugamos bien; no hay nada más allá de eso. Ahora es cuestión de asumir la responsabilidad de grupo. Sabemos que las oportunidades son cada vez menores, pero existen. Dejamos las excusas de lado y es tiempo de ponerse a trabajar", reconoció el centro Gordon D Arcy. Su compañero Donncha O Callaghan fue más contundente: "Es difícil señalar una razón exacta. No jugamos tan bien como podemos. Estamos decepcionados de haber alcanzado este punto, pero debemos recuperarnos cuanto antes".
La experiencia y el plus psicológico de jugar ante los Pumas. Acostumbrado al nivel de alta competencia constante y tras destacadas actuaciones en los últimos torneos de las Seis Naciones, el seleccionado irlandés es un equipo de figuras que pueden resurgir en el momento más inesperado; Ronan O Gara y Brian O Driscoll aún no han explotado. Y enfrentarse con la Argentina, con toda la connotación histórica y emocional que rodea al choque, puede ser un incentivo más que suficiente para despertar la mejor versión de los europeos. Las imágenes alegres del Mundial de 2003 las toman como un antecedente positivo para convencerse de que es posible obtener el pasaporte a los cuartos de final.
Una derrota, pero con otra imagen. Es cierto que Irlanda cayó ante Francia (3-25), pero recuperó vistosidad ofensiva y mejoró sustancialmente en las formaciones fijas. El viernes último no hubiera lamentado la derrota si no cometía tantos penales (ocho en el primer tiempo). "La ventaja de 22 puntos fue exagerada. Caímos frente a un muy buen equipo francés, pero podríamos haber marcado puntos en el segundo tiempo. Con respecto a Namibia y Georgia, nuestro progreso es evidente. Tenemos que probarlo ahora frente a la Argentina", opinó O Sullivan.
Las matemáticas y los antecedentes. Tal vez el golpe más duro para Irlanda fue ver que su futuro quedó reducido a una sola posibilidad: ganar marcando cuatro tries y que los Pumas no sumaran punto bonus. Visto así, es una misión complicada. Pero se hace mucho más difícil a partir de los siguientes datos estadísticos: la Argentina no recibe cuatro tries desde abril de 2005, cuando venció 68-36 a Japón; Irlanda solamente dos veces les marcó cuatro tries a los Pumas: en un test-match previo al Mundial de 1999 que lo ganó 32-24, en Dublín, y al año siguiente en su caída en Buenos Aires por 23-34; y por último, Irlanda jugó 12 veces en el Stade des Princes y jamás festejó. "Será muy difícil si entramos pensando en que tenemos que marcar cuatro tries sí o sí. Por supuesto que estará en nuestras cabezas anotar, pero ésa no es la forma de ganarle a Argentina. Ellos son muy duros y buenos en la defensa. La manera de ganar es no permitirles hacer muchas fases de juego y mantenernos lejos de nuestro in-goal. No podemos permitirles que nos marquen tries", aconsejó D Arcy.
Rumores, indisciplina y cansancio. Las versiones sobre peleas internas en el plantel irlandés se extendieron como reguero de pólvora y obligó a la intervención de un jugador para aclarar la situación. "Esas historias que dan vueltas de que estamos peleados no son reales. Todo eso no tiene sentido", tranquilizó Jerry Flannery. Suele suceder que cuando brotan supuestos escándalos de esta índole, se deben a algún cortocircuito. Otro tema alarmante es la indisciplina del equipo. Recibió dos tarjetas amarillas en tres actuaciones, pero sobre todo ante Francia cometió muchos penales que se tradujeron luego en puntos en contra. "Reconozco que estuvimos un poco fuera de órbita con el tema disciplinario. Hay que evitar las faltas pequeñas porque son penales en contra", agregó el hooker. Una de las críticas más fuertes que cayeron sobre los jugadores irish fue su falta de ritmo físico. La prensa irlandesa puso el ojo básicamente en los forwards, sobre todo tras haber sido superados en la batalla con el pack georgiano.
La confianza y el buen momento argentino. Es una virtud de los Pumas, más que un aspecto negativo de Irlanda. Sin embargo, asimilar el crecimiento de la Argentina puede significar un cachetazo para el equipo irlandés. Obsesivo de las estadísticas, Eddie O Sullivan sabrá de la dificultad de quebrar el in-goal puma, que aún no recibió tries y es resguardado por la tercera defensa más efectiva del torneo, con 88,8% de tackles concretados. Tanto las suposiciones como las debilidades y fortalezas caerán en saco roto a la hora de las acciones. Un duelo como el del domingo próximo puede deparar un desenlace inesperado, jamás imaginable. 7 son los tries que logró Irlanda en lo que va del certamen; ocupa el 12° lugar en la tabla de anotaciones.
(Nicolás Balinotti, La Nación)
Creo que Irlanda está convencida de que nos pueden ganar. Deberemos tener más y mejor concentración que ante Francia y no dejarles espacios para concretar puntos. Y si estamos encendidos para capturar un pase o jugar como los últimos 10 minutos ante Namibia, el primer lugar es nuestro. Que así sea.
Un abrazo
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