martes, 20 de mayo de 2008

Tucumán suma convocatorias

El año pasado, cuando abrimos este espacio, una de las mayores preocupaciones que teníamos los que amamos el rugby en nuestra provincia, era la escasa convocatoria de jugadores a planteles nacionales.

Gabriel Ascárate sobresalía sobre el resto de los jugadores y coincidíamos con colegas y amigos del sitio en que un jugador, de los más de tres mil que juegan en nuestra provincia (contando los juveniles porque el centro de Natación tiene 20 años) era un gota en el mar. Creíamos que había más que un jugador para convocar. El tiempo, por suerte, dio la razón.
A fines del año pasado y con Ricardo Le Fort como entrenador, se sumaron a Argentina A al ya convocado Ascárate, Sebastián Ponce (hoy fuera de las canchas por una lesión durísima, rotura de ligamentos de la pierna derecha), Agustín Guzmán (se lesionó en la final de Campeonato Argentino), ambos de Tucumán Rugby y Bruno Cuezzo (pilar de Los Tarcos).
La excelente producción de Tucumán en el Campeonato Argentino y ante la presencia de los nuevos entrenadores de Los Pumas, Santiago Phelan y Fabián Turnes, hizo que se sumaran más ilusiones: Guzmán, los hermanos Cáceres (Dino en el seleccionado de Seven y Carlos convocado para cualquiera de los combinados nacionales), Lagarrigue, Núñez Piossek, Barrera Oro, Bettolli y, por supuesto, Ascárate. Hasta Daniel Pérez, periodista de "Nuestro Rugby", también se integró al plantel nacional como analista de video.
Pero faltaba uno más. Uno que desde hace largo tiempo viene colaborando con los distintos combinados tucumanos. José Cacho Banegas, el preparador físico, consejero y amigo de los jugadores. La Gaceta le publicó este reportaje.

Otro tucumano viajará con Argentina “A”

Convocatoria. Cacho Banegas será el preparador físico del seleccionado que jugará en Canadá y en Estados Unidos.
EN PLENO TRABAJO. Cacho Banegas con Mariano Fernández dirigen la práctica de los jugadores tucumanos.LA GACETA / FRANCO VERA

Antecedentes


A los 53 años, Cacho Banegas se ganó un lugar entre los grandes de nuestro rugby. Se inició en 1981 como preparador físico de “Uni” y desde 1987 lo hace en el club de Marcos Paz y en el seleccionado tucumano. Fue campeón argentino varias veces con distintos entrenadores: Petra, Galindo y Castillo en 1988, 1989 y 1990; con Rizzo, Palou y López en 1992 y 1993, y en 2005 con Le Fort y Molinuevo.


Cuando comenzó a preparar equipos en 1981 nunca imaginó que algún día integraría un plantel nacional. José Banegas será el preparador físico del seleccionado de Argentina “A” que participará en la “Churchill Cup” que se disputará en junio en Canadá y Estados Unidos.
“Para mí es una alegría tremenda que a los tucumanos nos consideren para entrenar y participar en una gira internacional. Recibí la invitación y me gustaría mucho disfrutarla. Sólo me falta arreglar con mi trabajo; no es fácil dejarlo durante esos días”, comentó “Cacho”, como se lo conoce en el ambiente del rugby.
Después de mucho tiempo volvieron a sonar los timbres en las casas de los tucumanos con convocatorias en los seleccionados nacionales. Por ahora son siete los que integran los planteles de Los Pumas y de Argentina “A”, uno en el equipo de Seven, más los cuatro chicos que se encuentran en Los Pumitas. A estos se suman el analista Daniel Pérez, que viajará a Gales con Los Pumitas, y ahora el preparador físico Cacho Banegas, que viajará con el seleccionado de Argentina “A”.
“El que nos convoquen tantos chicos también es mérito de los técnicos y de los preparadores físicos que le dedican tanto tiempo. Que venga a Tucumán el preparador de Los Pumas, Mariano Fernández, para estar cerca de nuestros jugadores no deja de ser un dato menor. Se está mejorando y hay gente que trabaja para eso y se sigue sumando a muchos jóvenes”, señaló Banegas.

-¿Qué significa la convocatoria?
-Siento que esta oportunidad que me toca vivir se la merece cualquiera de los entrenadores de Tucumán. Me toca ser la cara visible pero hay mucha gente que trabajó duro y con el corazón para que nuestros jugadores estén de la mejor manera. Ahora estamos trabajando con ocho jugadores convocados en los distintos seleccionados, más los chicos que están en las divisiones juveniles.

-¿Cómo se siente?
-Siento que es un regalo, un mimo que me hacen después de tantos años de ponerle tanta pasión y hacer algo que me gusta y lo disfruto. Es un orgullo muy grande, ya que siempre lo hice afectivamente y eso me reconforta. Por otro lado, no puedo dejar de pensar que esta invitación es por todo un proceso, por el trabajo que uno viene haciendo con los grupos, por cómo uno moviliza, motiva, acompaña y tolera para que los jugadores den lo mejor. Si bien nuestros jugadores tienen un valor agregado que es la entrega para entrenar, quizás se fijaron en esa particularidad que es muy nuestra, y es la pasión con la que se trabaja.

-¿Cómo se trabaja?
-No hago la parte física como una cosa aislada, sino en un contexto más amplio, de relaciones humanas. Tenemos una particular manera de sentir esto, de entrenar a los jugadores, es algo que me gusta, como manejar el tiempo de los jugadores y acompañar a los entrenadores; son muchas cosas.

-¿Qué le dio el rugby?
-Me dejó muchos amigos, de antes y de ahora. He conocido a través del jugador una impronta que todas las cosas son posibles cuando uno se lo propone. El rugby me mostró que uno tiene que ponerle todo y si lo logra el resultado final es muy fuerte. Si uno hace toda la previa bien se aprende que está en condiciones de seguir luchando. El rugby me permitió tener amigos, conocer muchas partes del mundo y tener una posibilidad distinta de ver las cosas. Siempre se juega para adelante y es natural que al jugador siempre se le pida ir adelante; entonces uno no pude ir para atrás; eso también sirve en la vida. También aprendí gracias al rugby que no se puede especular sino que siempre hay que avanzar.

-¿Que cambió la preparación física con los años?
-El nivel de juego exige una mayor dedicación. El juego de hoy es muy físico y el jugador debe estar listo en cualquier requerimiento, en velocidad, en resistencia; es como la llave de contacto para poder desarrollar el juego que se requiere. Hay muchas horas de dedicación, de nutrición, están más preparados. La propuesta que tienen Los Pumas con el sistema de Pensacola indica una búsqueda de superación y ya no alcanza con dos estímulos semanales; ahora hay un trabajo extra, con personal trainer, con rutinas que algunos la realizan en su club o en el gimnasio. El rugby exige mucho más. También hay que estar muy atento al cuidado del jugador, saber preservarlo, estar cerca, porque no es una máquina, es una persona.

Fuente: La Gaceta

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