Ahí está otra vez con el clásico sponssor en el pecho y la clásica vestimenta de entrenamiento, esa que llevó por más de seis años esperando una oportunidad.
Estuvo muy, muy cerca de jugar el Mundial de Francia pero una maldita lesión lo dejó fuera de su sueño. Fue devastador.
Los que lo conocen, dicen, que no tenía ganas ni de salir a la puerta.
Es que al Negro le costó siempre. Todo. Eso templó su espíritu y lo hizo fuerte, para todo. Para tomar las cosas de manera más simple, de recuperarse, de seguir, de pararse una y otra vez.
Pero esa última lesión...
"Desde la lesión no volví a entrenarme. Sólo me voy a jugar para divertirme con los amigos", nos decía en Tafí del Valle, en el habitual seven veraniego.
Ayer estuvo en el predio de la AFA, preseleccionado para intervenir otra vez en un equipo nacional.
"Ponerte la celeste y blanca es lo mejor que hay; me motivó para seguir jugando al rugby", comentó el Negro de Huirapuca.
El domingo su equipo juega con el último campeón. Estaremos ahí para ver si tiene ganas, porque nosotros tenemos ganas de verlo jugar.
Hasta la próxima.
Un abrazo.
Fuente: olé
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