jueves, 20 de marzo de 2008

Respeto cordobés


El sitio cordoba xv , dedicado a las noticias rugbísticas de la provincia mediterránea, se pregunta si la cuarta será la vencida cuando titula por las veces que volverán a encontrarse en una semifinal del Argentino tucumanos y cordobeses y siempre el resultado jugó a favor de Tucumán.
Martín Quetglas, uno de los responsables de la edición, señala en uno de los pasajes de la nota que "el conjunto de Ricardo Le Fort viene dando pasos muy firmes y se perfila como el gran candidato a levantar la copa ya que hasta el momento en cada presentación en este Argentino, no le perdonó la vida a nadie" y agrega también estadísticas y formaciones de los últimos tres enfrentamientos.
Palabras elogiosas si las hay y que hablan de un profundo respeto por la actual producción del seleccionado tucumano.
Aclaro. Es respeto. No otra cosa. Y sabemos que muchas veces esto sirve como disparador para estar más atentos sobre nuestros defectos y explotar aún más nuestras virtudes.
Hace cinco años, sumidos en la desazón cuando a Tucumán le tocó descender, se habló de una falta de respeto en todas direcciones pero sobre todo porque se había subestimado al rival, Salta, que se erigió como la espada de Damocles sobre la naranja con un final distinto al cuento porque terminó de caer sobre las cabezas tucumanas.
Herido en su orgullo, el multicampeón argentino tuvo que descender a la categoría B y aprendió la lección.
Se habló de que si queremos respeto hay que comenzar por casa, tener respeto hacia esa camiseta que tantas alegrías nos dio y que ganó consideración internacional, que se debía aprender a respetar al rival cualquiera sea que esté enfrente, con pergaminos o sin ellos, y había que tener respeto al trabajo, al sacrificio y a la entrega, porque sin ellos, sería difícil lograr objetivos.
Tucumán en estos años logró dos campeonatos (el de Ascenso, en 2004 y el de Primera, en el 2005) y dos subcampeonatos consecutivos (en 2006 y 2007, los dos ante Buenos Aires).
Y ya está a las puertas de otra final. Hay que superar a Córdoba primero, es cierto, pero vuela sobre la ilusión tucumana esa sensación de que "este es el año" producto del trabajo que realizaron jugadores, técnicos y dirigentes también, como engranajes necesarios para que funcione a la perfección la mecánica naranja.
Córdoba se pregunta si esta vez podrá. Nosotros también. Aunque muy profundamente, sin faltar el respeto, esperamos la revancha contra Buenos Aires.
Hasta la próxima.
Un abrazo.

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